Pues sí, el tiempo decía que la cota de nieve iba a estar baja, así que decidimos iniciar la salida desde Soto del Real, pero desde allí sólo se veía cerrada la cuerda larga, cualquiera iba a pensar que nos íbamos a hundir en la nieve por encima de los tobillos...
Como muestra un botón en lo más alto del recorrido...
Esperando que el artista fotógrafo decidiera las condiciones apropiadas de luz y color, casi me da un pasmo con el viento agradable que corría.
Siempre decimos lo mismo, pero al final siempre compensa salir, de una forma o de otra, la montaña siempre devuelve más que recibe, esta vez no eran las vistas, era el silencio, el blanco de la nieve, correr por donde todavía nadie había pasado.
La noche tuvo que haber sido fina por que vimos cantidad de árboles tronchados en medio del camino.
Como muestra un botón en lo más alto del recorrido...
Esperando que el artista fotógrafo decidiera las condiciones apropiadas de luz y color, casi me da un pasmo con el viento agradable que corría.
Siempre decimos lo mismo, pero al final siempre compensa salir, de una forma o de otra, la montaña siempre devuelve más que recibe, esta vez no eran las vistas, era el silencio, el blanco de la nieve, correr por donde todavía nadie había pasado.
La noche tuvo que haber sido fina por que vimos cantidad de árboles tronchados en medio del camino.
Al final 18 kms en unas dos horas y veinte minutos, casi todo andando para arriba y corriendo para abajo, sólo vimos gente al volver. Y en honor a la verdad tengo que decir que fui yo el que presionó para volver, no por cansancio, sino por precaución, conforme subíamos el viento soplaba fino, el camino estaba helado, sin nieve removida por el viento y a veces no se veía bien al correr, así que mejor no tentar al monte, si no nos quiere por allí mejor irse, pero eso sí, que bonito está el jodío incluso cuando no quiere estar con nosotros.
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