Buenas y con retraso, que nadie piense que he abandonado, eso nunca, me he abandonado que es distinto, o dicho de otra forma aunque estoy haciendo más deporte que nunca también estoy combatiendo el adelgazar como nunca, no pienso rendirme, de ahí que la propuesta de un vecino de hacernos la Cuerda Larga el pasado viernes por la noche en plan senderismo se me hizo muy apetitosa.
La idea era hacerla en sentido Navacerrada-Morcuera, que no sé por que pero siempre se me hace muy largo el llegar a Najarra. Dejaríamos la mitad de los coches en Morcuera a las 20h para salir desde el puerto de Navacerrada sobre las 21h, y a partir de ahí lo que durase, que fue hasta las 4 de la mañana.
La noche fue realmente fantástica, sin viento y temperaturas muy agradables, eso sí, si te parabas un rato rápidamente cogías frío. Aunque llevábamos frontales, prácticamente no hicieron falta por que la luna llena alumbraba el camino suficientemente, y que decir de las vistas, I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E-S, sólo por eso ya merecía la pena.
La parte difícil es ser original en Madrid, la ruta parecía una romería, gente'palla, gente'paca, vamos, había que elegir con cuidado el sitio para que no te pillaran con los pantalones bajados, y las cabras como testigos de excepción, que debían de estar pensando si no tendríamos otro sitio donde meternos las lucecitas de las narices.
Llegamos todos bien al coche y a desandar lo andado de vuelta al Puerto de Navacerrada para coger los otros coches, total, hasta las 6:30h no llegué a casa, donde me deje vencer por sueños llenos de cabras y cabrones y luces en la distancia.
La idea era hacerla en sentido Navacerrada-Morcuera, que no sé por que pero siempre se me hace muy largo el llegar a Najarra. Dejaríamos la mitad de los coches en Morcuera a las 20h para salir desde el puerto de Navacerrada sobre las 21h, y a partir de ahí lo que durase, que fue hasta las 4 de la mañana.
La noche fue realmente fantástica, sin viento y temperaturas muy agradables, eso sí, si te parabas un rato rápidamente cogías frío. Aunque llevábamos frontales, prácticamente no hicieron falta por que la luna llena alumbraba el camino suficientemente, y que decir de las vistas, I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E-S, sólo por eso ya merecía la pena.
La parte difícil es ser original en Madrid, la ruta parecía una romería, gente'palla, gente'paca, vamos, había que elegir con cuidado el sitio para que no te pillaran con los pantalones bajados, y las cabras como testigos de excepción, que debían de estar pensando si no tendríamos otro sitio donde meternos las lucecitas de las narices.
Llegamos todos bien al coche y a desandar lo andado de vuelta al Puerto de Navacerrada para coger los otros coches, total, hasta las 6:30h no llegué a casa, donde me deje vencer por sueños llenos de cabras y cabrones y luces en la distancia.
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