domingo, 4 de agosto de 2013

Retorno a Hoyo Cerrado

Facilón que es uno, me basta un whatsup, -- oye, 6:15h am para una rutilla de montaña y volvemos temprano? --, mi respuesta rápida, vale, pero no más de 20 que no estoy para muchos trotes, de ahí a los 27 kms que salieron finalmente, es la historia de mi vida, intentando llevar el control pero sin hacerlo nunca.

Resulta que como el material gráfico de este post demostrará mi descanso post-TP60 ha sido largo y fructífero, 4 rodajes con la parienta en la playa a ritmos tranquilos y nada de sierra, mucha irrigación y con mucho alcohol para conservar el cuerpo bien y por supuesto sin decirle que no a la suegra en la alimentación que eso es de mala educación.

Total que me presentaba en el primer rodaje serrano después del TP60 que no me entraban por la mañana las mallas hoko, casi tengo que cambiar el vestuario. A eso de las 6:15h salgo por la puerta de casa y me encuentro en la puerta al insigne Ander, estaba esperando a unos bandoleros para un rodaje que luego he leído que fue de 60 kms, si es que la gente está muy mal.

Saludito con P., aparcamos el coche y empezamos a trotar, decidimos volver a Hoyo Cerrado a ver que tal lo ha tratado el verano, pero por el camino el cabroncete de P. que se está preparando Botamarges me la empieza a colar, vamos a tirar por aquí, total, se alarga un poco más pero no es nada, y ermenda para allá, ahora vamos por aca, que hay un paisaje precioso, y ermenda para aca, que cuando llego ni ganas de paisaje tengo. Total, que asumiendo mi condición de no hacer una ruta de más de 20kms, cuando llegamos a Hoyo Cerrado llevamos 18 kms y todavía hay que volver.

Observese la foto del nene en avanzado estado de gestación, metiendo barriga conocedor del momento cámara y deseando el fin del posado para poder respirar.

El verano a perjudicado un poco la belleza del sitio, el arroyo se ha secado y han crecido muchos cardos, pero lo recóndito del lugar y su silencio siguen estando ahí, volveré más veces seguro.



Descansamos un rato en Hoyo Cerrado y parte del tiempo lo dedico a agradecer a P. la ruta tan bonita y la pequeña desviación en kms, como soy un poco sarcástico uso expresiones relativas a sus parientes y allegados y le deseo una prospera familia numerosa.

Animado por mis invectivas, a la vuelta, P. me lleva por el camino corto dejando los paisajes para mejores momentos, los últimos kms hasta el coche me los marco en plan ultra, sin parar de correr, por que si paro es para sentarme en plan "la larga marcha" de Stephen King.

Hoy me duelen las ancas y es que está claro que no se puede tocar uno los cascabeles y luego querer volver a la sierra como si nada.

3 comentarios:

  1. jajaja...con la gracia que lo has contado es dificil pensar que no te gustó la salidita.

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  2. Yolanda has acertado de pleno, se lo paso pipa pero es incapaz de reconocerlo, jajaja

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  3. La verdad es que es una sensación ambivalente, que viene a ser algo así como ni sí ni no sino todo lo contrario, disfruto pero sufro, no voy todo el rato diciendo -- que bonito es esto -- más bien voy diciendo -- la madre que pario a la cuesta --, eso cuando puedo hablar.

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